Teatro documental y el cuerpo de la violencia patriarcal | Jauría

3 de la madrugada del 7 de julio de 2016. Fiestas de San Fermín. Ellos son cinco. Son «La manada». El más joven y miembro más reciente debe pasar por su rito de iniciación. Tras cruzarse con una chica en el centro de Pamplona, los cinco de «La manada» se ofrecen para acompañar a la joven al auto, estacionado en las afueras de la ciudad. Pero, en el camino, uno de ellos accede al pallier de un edificio y llama al resto para que acuda. Agarran a la joven y la meten en el pallier.

Sinopsis Jauría

Jauría, estrenada en Madrid en 2019, es una obra de teatro documental que fundamenta su dramaturgia alrededor de un juicio a los cinco integrantes de «La manada» por una violación grupal.

Lo más interesante de la construcción de la obra, de su guión y dirección, es la conversación que se genera a partir del entrecruzamiento de las declaraciones que fueron hechas por las dos partes por separado en el juicio de entre 2017 y 2019, en la que no se agregó nada ficcionalizado. Nada, absolutamente nada. Esos fragmentos de las declaraciones de los acusados y la denunciante originan un diálogo que, si bien no sucedió de forma lineal, conforma un recurso narrativo sumamemente potente.

Los cuerpos de lxs protagonistas, las lámparas que se prenden y apagan, y los cubículos cerrados que muestran finitud y la cárcel del propio cuerpo de la víctima, son elementos clave en la construcción escénica que aportan a originar sensaciones de escozor.

La obra logra provocar crudeza sin necesidad de explicitar los hechos: cuanto más simbólico, más provocador. Y permite visualizar el trayecto de un tono liviano y jocoso del grupo de amigos hacia una densidad que cobra más peso hasta explotar. Un gran aplauso para esta obraza.

Carla Bleiz

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