Como ya vimos en otras películas de Alex de la Iglesia como Mi gran noche, El bar bosqueja muchos personajes bien distintos entre sí que interactúan en una misma locación —antes un set de televisión, ahora un bar— en situaciones poco felices.
Aquí el fin es poder irse del bar “a seguir con sus vidas”, aunque en ese encierro vivan como nunca la intensidad de cada pedazo de su subjetividad. Todos tienen formas diversas de hacer conjeturas y pensar soluciones; se complementan, repelen y retroalimentan, todo al mismo tiempo.
En la película se dice que “el miedo (la misma frase la escuché en referencia al poder) no nos transforma, nos muestra verdaderamente cómo somos”. Pero ¿qué es lo que produce al final? O antes, ¿qué es lo que hace que tengamos miedo?
Como varias películas de Alex, de fondo o como detalle, deja ver por algún lado el cinismo de los medios de comunicación. ¿Viste otras películas de él? ¿Pudiste ver esta ya?
Carla Bleiz