“¿Cómo hacen los otros?, ¿cómo hacen todos los otros?”, se pregunta Sofía. Y es que, en realidad, todos terminan haciendo lo mismo. A todos les cuesta llevar adelante la soledad y convivir con su propio cuerpo. No son capaces de ser totalmente transparentes consigo mismos.
A partir de formas, momentos, y temáticas distintas, a todos los personajes de Tercer cuerpo los atraviesa algo de oscuridad. Y quizás por eso la luz pestañeé de a ratos o se vaya por completo. Las falsedades construidas por cada uno de los personajes no son tanto para el vínculo con el otro sino por la dificultad de incorporarlo en el propio sujeto. Un sujeto lleno de acciones e ideas impostadas que se escurren con el tiempo.
La profundidad de la obra no entorpece a la calidad humorística basada en situaciones cotidianas. Es una gran combinación de elementos muy bien construida en términos de dirección y actuación.
“No sé cómo hacen todos los otros”, contesta Héctor, sin darse cuenta de que lo están haciendo a cada momento. Y, sin dudas, vale la pena verlos hacer.
Otros elementos para destacar: La buena utilización del espacio físico para contar historias con diálogos paralelos. Por otro lado, la luz tuvo un lugar relevante en la puesta en escena.
Contexto: Funciones los domingos 21.30 h, en Timbre 4 (México 3554), Capital Federal, Buenos Aires, Argentina.
Carla Bleiz