Te amo, Odisea es un flash. Pero no sólo porque cruza el mundo alienígena con el humano, sino porque crea y complejiza situaciones sobrenaturales con recursos bien terrenales.
A lo largo de la obra se plantean preguntas sobre los sentimientos humanos y los vínculos familiares: ¿qué es lo que nos une a un otrx? ¿cuánto de eso está en la cultura y cuándo en los principios innatos?
Desde que nacemos, las formas de relacionarnos están guiadas por las convenciones y formas culturales, pero ¿qué hay en el medio de eso?, ¿qué resabios quedan de lo que traemos?, ¿hay algo de eso que no se pueda modificar? Y, en cambio, ¿qué de todo eso es modificable?
Si cada mente es un mundo per sé con sus experiencias adquiridas, sonidos recordados, canciones guardadas, momentos sentidos, ¿cómo se salvan las distancias con el mundo de un otrx? Mediante sus personajes, la obra usa grandes extremos de subjetividades para, en definitiva, hablar de esas virtualidades con las que nos relacionamos todos los días. ¡Aplausos!
Carla Bleiz
Cultura sin spoilers 