Ella no pregunta porque si no pregunta no se entera, y si no se entera no existe. La obra Mamá habla de un vínculo madre-hijo, pero también de todos esos vínculos llenos de elefantes que nos forzamos a mirar a la ligera y no percibir.
¿Qué pasa cuando eso que se esquiva se transforma en discurso, es decir, se escucha, se dice, se habla? Ahí pasa a tener entidad: eso por fin existe. Y esa existencia moviliza. Bueno, Mamá es todo eso ese proceso. Es el movimiento de no hablar de profundidades, sino de la vida de los demás, a volver a mirarse, perdonarse y verbalizar el sentir.
¿Quiénes son esos otrxs sino una forma de hablar de nosotrxs mismxs?
Carla Bleiz