La pluma entreabierta: El ciudadano ilustre (2016)

 

A Daniel Mantovani le incomoda la comodidad. No tolera verse rodeado de aceptación pasiva y acrítica  del todos los días fue así y va a seguir siéndolo. Quizás por eso incompatibiliza esa posición con todo hecho artístico. Los ve lejanos entre sí.

Que le hayan otorgado el Premio Nobel de Literatura le confirma que está por la senda de la comodidad; que está por donde se encuentra el establishment. Y eso lo perturba.

La película recorre las sensaciones antagónicas que produce el escritor entre los habitantes de Salas, su pueblo natal, al que regresa luego de cuarenta años para recibir la medalla de Ciudadano ilustre. Allí Daniel se reencuentra, además de con sus coterráneos, con intensidades y momentos entreabiertos de su vida que necesita saldar.  

Desde una construcción y transformación de personajes alucinante, El ciudadano ilustre ahonda en la dicotomía entre el pueblo y la ciudad cosmopolita; lo nacional y lo extranjero; la movilidad y la quietud; la ambición y la conformidad. Así se plantean discusiones actuales sobre cada significante que continúan por fuera del producto audiovisual.

Tiene un ritmo ágil que amolda espacios para el drama y el humor. Su forma narrativa resulta interesante tanto por la óptica desde la que está contada como por los recursos utilizados.

Carla Bleiz

   

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