Si me preguntan con qué palabra definiría Sobre Mirjana y los que la rodean diría inestabilidad. Todos los personajes de la obra se sienten, por algún modo, situación o esfera, inestables.
Y la escenografía también es eso. Son bloques de madera cruda y rústica que los contiene pero, sin embargo, les permite que sus pies no se apoyen del todo, que no anclen en la base.
Los vínculos construídos, repetidos, cuestionados también son parte de esos pies y por eso la obra es tan coherente.
¿Qué es para ustedes la inestabilidad? ¿Son lágrimas recurrentes que se almacenan como una capa brillosa o es el principio de una transformación mayor? ¿Es el deseo de acostumbrarse a la incomodidad o la búsqueda por encontrar un espacio donde poder apoyar los pies?
La clave de Mirjana es cómo se piensa en esos vínculos: cómo y cuándo vuelve a apoyarse de nuevo en el piso.
Carla Bleiz